
La respuesta a esta pregunta es: MUCHO.
En primer lugar, me encuentro preparando una nueva edición de mi libro, «El hombre encerrado: Cuentos de Juan Pretor», ¡la cual tendrá NO SOLO UNA NUEVA PORTADA Y CONTRAPORTADA sino también UNA EDICIÓN EN FORMATO PAPEL!
La edición en formato papel estará disponible aproximadamente a mediados de abril, tanto para su venta a demanda a través de Amazon como para su venta limitada a través de Twitter.
Adicionalmente, también estará a la venta en el mercado interno de mi país, Uruguay.
En una primera instancia, se distribuirán aproximadamente 100 tomos en el mercado interno y 100 tomos internacionalmente a través de Twitter (Mi Twitter es: @NPublicaciones).
La siguiente noticia que tengo para contarles es que ya me encuentro escribiendo la SECUELA a «El hombre Encerrado: Cuentos de Juan Pretor», la cual se llamará «Las crónicas de Iván».
Si te interesa saber más sobre la secuela, aquí les dejo una vista previa de dos páginas:
«Ocho años habían pasado desde aquella trágica noche en que mi familia desapareció de mi vida.
Contaba en aquel entonces con catorce veranos y me sentía capaz de derrotar a un ejército romano con mis propias manos.
En secreto, había tallado espadas de madera con trozos de leña que logré robar a mi tío una noche, tras haberse ido a la cama borracho.
Bueno, en realidad no había noche en la cual no se fuera a la cama borracho, pero no podía culparlo por eso.
Jamás se había casado y la muerte de su hermana lo había sumido en una angustia de la cual nunca pudo escapar.
Aprovechándome entonces de su estado de embriaguez tomé furtivamente unos trozos de leña de su choza y corrí hacia la mía. Comencé a tallar de inmediato.
Durante las siguientes semanas, dediqué gran parte de cada día luego de la puesta del sol a realizar esta labor. Me encontraba exhausto, pero sabía que tenía que terminar el trabajo.
Cuando el sueño por fin me vencía, levantaba unos tablones sueltos en el piso de mi choza y escondía las piezas allí. Mi tío nunca se dio cuenta de lo que había hecho.
Finalizada la empresa, había conseguido tallar tres espadas de diferentes tamaños, una dacia, una romana y una macedónica.
La dacia, llamada comúnmente falx, era ideal para enfrentar a los romanos por su versatilidad, longitud y su pronunciada curvatura. Una falx real sería capaz de atravesar un escudo romano y llegar hasta la cabeza de su portador con suma facilidad.
Luego estaba la espada corta romana, llamada gladius, magnífica para combates cercanos y cuando un enemigo se te lanzaba encima. Su doble filo y empuñadura firme permitía abrir un estómago con la facilidad que se carnea un cerdo.
Por último, estaba la falcata macedónica, espada que había sido utilizada por el mismísimo Alejandro Magno –según cuenta la tradición. Esta espada tenía muchas ventajas y su longitud y curvatura permitían mayor autonomía en combate que la gladius romana.
Se preguntarán cómo es que a mi edad sabía tanto de estas cosas. La respuesta es sencilla: los dacios éramos un pueblo guerrero; mi padre había servido en el ejército de Decebal, nuestro último gran caudillo y había tenido numerosos enfrentamientos contra espadas romanas.
Además, durante sus viajes había conocido todo tipo de guerreros provenientes de diversas tierras y cada noche antes de dormir, me contaba sobre alguna de sus aventuras.
Todo lo que sabía de las armas y de la guerra lo había aprendido de él, ya que mi tío se negaba a enseñarme.
Constantemente me repetía que aún no estaba preparado y que tenía una deuda que saldar.
Por este motivo, decidí desenmarañar los secretos de la guerra por mi cuenta.»
Extracto de «Las crónicas de Iván»
La última noticia es que la fecha de publicación digital de «Las crónicas de Iván» está prevista para mayo de 2021 y su venta al público en formato impreso para julio del mismo año.
¡Espero que esto haya saciado un poco sus inquietudes! Si deseas hacerme llegar tus comentarios, puedes comunicarte conmigo al correo nmanfredi24@gmail.com o contestar a esta publicación.
Estoy ansioso por leerlos.
Como siempre digo: vivid, gozad y sed felices.
¡Hasta el próximo artículo!